Algunas veces encuentras a alguien que, de repente, encaja en la letra de una canción. Y no pocas de esas veces, el hallazgo produce verdaderos escalofríos. No llegué a conocer en persona a Pablo Belbel Ramírez, pero en casa le tomamos cariño a este chico que, desde los 16 años, ha luchado contra el cáncer ofreciendo lo mejor de sí. Las noticias nos iban llegando a través de algunos familiares en las distintas fases de esta cruel enfermedad: los primeros diagnósticos, las operaciones esperanzadoras, los tratamientos y recaídas, los largos meses de lucha...
Hace unos días, al enterarnos de su deceso en el whatsapp del grupo de primos, mi cuñado Miguel, que es todo corazón, decía: " Pablo es un grande, y un ejemplo para todos; seguro que está en el Cielo..." Y es que esta criatura, que tuvo que enfrentarse al principio de la enfermedad con el traumatismo de perder una pierna, se había convertido en un ejemplo de superación, de alegría, de energía pura que se agarraba a la vida y tiraba pa´lante con lo que fuese, día tras día, sonrisa tras sonrisa.
Y qué curioso que, desde hacía pocos días, estaba yo escuchando un disco de un artista absolutamente desconocido para mí llamado Kevin Morby. Su disco "OH MY GOD" me llamó la atención por una crítica muy buena que leí en un blog, y porque la motivación de escribir todo un lp sobre Dios (lp doble en formato de vinilo), vino por el repentino miedo a morir (y paralelamente, la toma de conciencia por parte de este autor de que la muerte te puede sorprender en cualquier momento).
Como joven compositor que es, Kevin imprime en muchos de sus temas un ritmo fresco que contrasta con otros mucho más sosegados, y uno de ellos, el que traemos hoy aquí, me dejó tarareando desde hace días el frenético estribillo "Oh my God come, carry me home". Y he aquí que, con el eco en mi cerebro del “Oh Dios mío, ven y llévame a casa”, la prima Susana, quien confirmó la triste noticia, simplemente dijo que Pablo, por fin, ya estaba en CASA...
Entonce pensé en este chico, en este jovenzuelo con ganas de comerse el mundo quien, tal vez agotado por la enfermedad, ahora pedía entrar en CASA, en ese Cielo donde seguro descansa... Y no pude evitar imaginar que él es ahora el protagonista de esta canción...
La confirmación, el escalofrío mezclado con la bofetada de calor y con el corazón acelerado, llegó cuando busqué la letra traducida en internet, pues mi inglés decadente ya solo me permite cazar al vuelo algunas frases sencillas, y se me escapaba parte de la letra de este tema.
Leer la traducción y pensar en escribir esta entrada fue solo cuestión de segundos, sin poder evitar coger el teclado, y sin poder evitar que las lágrimas brotaran.
En la primera parte del tema, Pablo entona feliz este Rock and Roll, alegre al verse aliviado de una carga excesiva, aferrándose a la esperanza de un Dios que lo lleva a casa, sin miedo a nada, aun muriendo joven, pues ha amado a todos y ha confiado en su Salvador. Y así canta esta primera parte de este simpático tema, pleno de ritmo y juventud.
En la segunda parte, el cambio de registro se da cuando, una vez lanzado en busca del más allá, su alma se encuentra con un DIOS que lo espera y cubre de mimos, con MUCHO MÁS de lo que jamás pudo imaginar; y entonces el precioso coro irrumpe y habla por él, por Pablo, deleitado ya en la contemplación, absorto en la Divina Misericordia personificada en Cristo.
Escuchad, leed, dejaos llevar... y levantemos una sonrisa... (aquí)